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Impronta en las dunas

...después

...después

             después

cuantos cristales ha dispersado la frustración del viento

cuantos motivos recurrentes para no asfixiarnos

Abrir ventanas como puertas de hornos

y recoger panes quemados

sólo para hambre de pirómanos

esos raros que ahuman el verano

y adoran los brotes entre las cenizas

Ver ante los tribunales a los rayos

que se esfuman

antes de que ningún expediente concluya

y los testigos ¡pobres ignorantes!

les atribuyan crímenes de otros rayos

             después

ser parte de ese jurado absurdo

que escucha perorar sobre el cambio climático

sin saber nada de glaciaciones

o los caprichos de la estrella

que nos ha tolerado

                   después

acomodarnos a nestra tecnología

mientras persista

jactarnos de nuestra instantaneidad

parpadear mientras hacemos un comentario

desde el otro lado del mundo

y el viento

sin apariencia que cuestione su pureza

dispersa cristales y certezas

asfixiándonos en nuestro nombre.

1 comentario

Abel German -

Lo que más me llama la atención de este poema es su aliento. Es el ritmo sostenido. La intensidad. Quizás los contenidos esenciales de cualquier poema.