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Impronta en las dunas

El comentario

    Siempre voy al final de mis artículos y me encuentro con un lacónico: Sin comentarios...¡Ese es el comentario! Me aturde el ruidoso silencio del desierto, la algarabía de las ausencias, la plenitud de la monotonía. Creo que estoy cayendo en la trampa del hastío y no sé mirar, oír...sentir, sólo recuerdo. Sin comentarios. Son peligrosos los lamentos, en el desierto son improcedentes las lágrimas y Dios mira hacia otra parte. La paciencia es necesaria en la mochila. Al final, puede que no esté dando vueltas alrededor de un hueco negro y llegue a alguna parte. Oigo pasos. 

3 comentarios

HACKED -

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Maria Elena Lee -

La verdad que si alguien puede escribir también como lo haces tú, que importan los comentarios. Es que no te das cuenta que tu poesía es tan fuerte y tu vocabulario tan rico que nos dejas sin aliento, sin palabras a los que queremos comentar todos tus escritos. Al menos a mi me pasa

Abel German -

En este uiverso que parece infinito de Internet, abundan los blogs que hablan del autor, que reproducen artículos, etc. Pero no hay muchos de poesía. Y menos aún de poesía de calidad que es, también (si cabe), poesía inteligente. Éste es una de esas felices excepciones. Ojalá este blog llegue a ser conocido por muchos. El mundo que vivimos lo necesita.