El mito interminable.
Somos lo que somos porque hemos sido. El mito es el cuerpo en clave de lo que hemos superado como especie, lo que trasciende nuestros mandatos genéticos y asume formatos culturales para sus mensajes. Es la sugerente forma para expresar las dudas y convicciones de la especie en su despliegue social. Eso lo sabe Andestdi, Yo, y lo expreso en estos deslices sin otra intención que disfrutar del asombro. Un ejemplo:
El Previsor con su haz de leños donaba incendios a la tribu aterida. Lo miraban con un arrobo difícil, la incomprensión dibuja rostros jeroglíficos, enigmas gestuales con los que se expresa el abismo.Frotad, dijo el Previsor, frotad y llevaos el sol a la cueva y ellos se miraban las manos y sus manos eran torpes como piedras con tentáculos. Es una vieja ciencia, dijo el Previsor, sólo se trata de recordar y serán devoradas las tinieblas, recularán aterradas las fieras y el sueño recobrará su calidez uterina. La tribu, manada verbal, imitó las instrucciones del Previsor y encendió la hoguera y jubilosos danzaron alrededor del sol doméstico que les mordía cuando lo querían acariciar y le alimentaron con ramas secas, troncos y hasta el cuerpo de una muchacha núbil que ardió crepitante y despidió un aroma insoportable para el hambre y la compartieron con el fuego. Pero el sol en su encarnación terrena resultó insaciable y se expandió por las hierbas y luego el bosque. Engendró nubes y lluvias de cenizas.
En la madre de las cumbres, más allá de la mirada de los hombres, un águila divina se daba un festín de hígado inagotable.
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Maria Elena Lee -
Abel German -