Acudo con harapos.
Acudo con harapos de meditación al círculo de los iluminados. Cada uno situado bajo su estrella con la convicción de que su luz es la verdad. Así, medio desnudo, ocupo mi puesto de modesta vela que chisporroteante se consume. Parpadeo moribundo, cercanía que hace palidecer a las lejanas luminarias. La verdad es una temblona fugacidad de animados fantasmas danzando en tenue calidez para diluirse en lo osccuro.
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Abel German -