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Impronta en las dunas

La mirada del desarraigo.

    Mirada llena de soledades en los ángulos de desconocidos parques, remansos de ciudades extrañas a la que incomodas con tu acento y el modo peregrino de afrontar las costumbres. Eres un rumiante de residuos en las praderas de la memoria, expulsado del instante por la indiferencia o el desprecio y el inconfesable temor al olvido. Llegas vomitado por el mar o el cielo con un olor exótico de ambigua sospecha, como una pasiva violencia para los nativos hechos a su aparente inmutabilidad de territorio al margen, recién incorporado a los itinerarios del mundo. Imploras un documento que te haga hombre, una dádiva legal del Reino. Pero tu mirada no cambiará de ningún modo.

1 comentario

Abel German -

Este texto tiene la peculiaridad de moverse en una frontera difusa, donde se mezclan la poesía y la prosa. Una frontera peligrosa. Son pocos los poetas que logran el equilibrio adecuado para que un texto así no se derrumbe. Y creo que tú lo logras. Ganas muy bien el desafío. Y el mensaje llega al lector (al menos a mí) con la fuerza y la sensibilidad que el tema merece.