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Impronta en las dunas

La Cita.

Estaré dos segundos antes, desnudo.

Eso había dicho.

Caminó hasta el centro.

Siempre estamos en el centro,

era algo que también repetía.

Pero estaba vestido.

Nadie lo miró.

Parece que tampoco él se sentía mirado

y tampoco se sentía en el centro.

Seguramente no era el día de la cita,

no debería serlo,

pero en la agenda de ese encuentro,

siempre hay un error.

1 comentario

Abel German -

Este poema tiene la curiosa virtud de inquietar. ¿Con quién es la cita? ¿O con qué? Hay algo que produce escalofrío. Algo que se refiere a lo que más tememos (a la cita con lo que más tememos), cualquier cosa que sea. Es decir, no necesariamente la muerte.