Cómoda venganza.
Los lagartos miran desde tu silencio, encorvan el espectro en una duda a través de la lluvia, la pluma del aroma soñando un ala en la sugerencia de las evasiones. Animales de tus jardines internos, promesas en sótanos de conjuras. No quiero ser visto en tus pesadillas, quiero escapar como pueda. Verte desde la cómoda venganza de este poema.
1 comentario
Abel German -