Se curva la tristeza.
Se curva la tristeza por gravitación extrema y se congela sobre los segundos, se derrama el gris por los senderos de la casa vacía con el silencio del canto de los pájaros muertos. La grava, íntima, dialoga con sus pasos. La proximidad de las convergencias abre una tregua que parece definitiva, todos los conflictos, las gratificaciones, el injustificaddo asombro, comienzan a ser reenviados a los herederos. Esta cita es consigo, en el salón de los espejos mudos. El universo todo cabe en esta paz melancólica, en esta voluntad de resumen sin valorizaciones. La nada menstrua.
1 comentario
Abel German -