Lugar común y único.
El cuerpo devuelve espasmos y transgresiones cuando la Luna hace de lámpara íntima. Los poetas concurrimos a la cita, afirmando rehuir los lugares comunes y mirando con desdén a la Luna en plenilunio. Nos invade la envidiosa rabia de llegar tarde a ciertas imágenes, sabiendo que el amante es siempre el mismo alelado que regala a su amada un rayo de la diosa.
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Abel German -
Yo -