TERROR SIMPLE
Adjetivos caducados, salivan ante una luna manoseada que se ofrece al desplume en una página. Un poeta raspa gerundios y los esparce, un ave se derrite en el altar de los conquistadores, adorada por las ranas que croan una coral vespertina. Dentro de mí cosquillean los reptiles que miran con nostalgia al agua. Sobre mis dos pies oteo otras fronteras y las dunas se encharcan en la agonía de un océano nunca recordado. Presiento, con un terror simple, otro salto que nos relegue al subconsciente de las máquinas.
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Abel German -